Llegada a Forks
Estábamos en el aeropuerto de Florencia, era de madrugada y yo esperaba con impaciencia a que fueran las cinco para poder irme de vuelta a Forks, extrañaba tanto a mi familia y sobre todo a Jacob.
Desde que estoy en el aeropuerto no he podido pensar en mas nada que en lo que hice por la tarde, solo le agradezco a Dios que quien me mordió haya sido Aixa y no Aro.
Estábamos sentados esperando a que llamaran a los pasajeros de nuestro vuelo, tenía hambre pero no quería pensar en eso, pero como si Alec hubiera leído mi mente me dijo:
—Renesmee ¿no quieres comer nada?, no has comido mas desde aquella hamburguesa.
—No quiero comer, solo quiero irme de aquí.
—Vamos Renesmee—dijo Aixa con voz dulce—, debes alimentarte cualquier cosa iré a avisarles.
Yo asentí y antes de que me parara de la silla ya Alec había tomado mi mano para guiarme a la cafetería del aeropuerto.
Esperando a que me atendieran y con Alec tomando mi mano recordé a Jacob; la última vez que hablamos habíamos paliado y todo solo porque yo soy y siempre seré una malcriada, cuando lo viera le pediría disculpas.
—Renesmee…—escuche a Alec
— ¿Si? —dije viendo el menú para ver que sería lo que pediría.
—Quiero decirte algo
Cuando dijo eso tuve serias sospechas de que seria, pero no quise adelantarme a los hechos. Lo mire por el rabillo del ojo para decir:
—Claro, dime lo que quieras.
En eso tomo mí otra mano volteando mi cuerpo para que lo viera a la cara, tenía una expresión dulce que me recordó el día que bese a Jacob por primera vez.
Alec alzo nuestras manos y con el dorso de la suya acaricio mi mejilla, sentí un leve hormigueo donde su piel gélida me rozo levemente.
Sin decir palabra fue acercándose a mí, sabía lo que quería hacer pero tenía que evitarlo sin lastimarlo ya que ya lo consideraba un gran amigo para mí. Solté una de sus manos y la puse en su pecho para empujarlo, pero no logre nada.
—Alec, no…—pero él no me escucho y rozo sus labios con los míos como si fuera una caricia.
Solo fue un leve roce y el luego se separo, pero quedándose tan cerca que podía respirar su aliento.
—Renesmee, lo siento—dijo después de haber pasado un minuto entero.
—Eh, Alec sabes que para mi eres un gran amigo—dije separándome un
poco de él, pero lo impidió ya que tenia una de mis manos todavía—, y… no quiero lastimarte.
—No me importa que me lastimes, yo solo quiero estar para ti—dijo el partiéndome el alma en mil pedacitos.
—Pero, yo no quiero lastimarte así que es mejor que te separes un poco—dije empujándolo de nuevo y esta vez el accedió—, yo te quiero Alec y eres el mejor de los amigos pero sabes bien que yo… quiero, más bien amo a Jacob.
El solo me miraba con esa expresión que me partía el corazón, esas palabras fueron duras de decir sobre todo porque sabía que le dolería aunque no era más que la pura verdad.
—Está bien entiendo—fue lo único que respondió soltando mi mano.
Pedí un sándwich para comer aunque se me había quitado el hambre y nos dirigimos a donde estaba Aixa. Alec no dijo ni una palabra más.
Estaba intentando comer cuando llamaron para nuestro vuelo, vote el sándwich—más de la mitad— y camine detrás de Alec y Aixa. En eso escuche algo que me llamo la atención.
Era muy leve para el oído humano, pero a mí me vasto su leve fuerza para escucharlo.
— ¡Alec, Aixa están aquí! —me apresure a decir, y ellos ya sabían a que me refería.
Los Vulturis habían venido por nosotros y si no nos apresurábamos seriamos más que polvo antes del amanecer.
Empezamos a correr, pero a mí no se me pudo ocurrir una mejor idea que voltear para encontrarme con la mirada de Jane y Aro que venía juntos.
Me imagine que detrás de ellos vendrían Felix y Demetri pero no me quedaría para averiguarlo.
—Aixa, el tiempo—dije ella comprendió y todo se puso lento excepto nosotros tres que seguíamos corriendo a la puerta que nos daría libertad.
Los humanos no notaban que todo pasaba más lento y me imagine que no nos verían, dejamos los boletos de avión sobre la mesa de la aeromoza y corrimos al avión.
El tiempo volvió a la normalidad en cuanto nos sentamos en nuestros respectivos puestos y yo suspire de alivio. Los Vulturis no nos podrían alcanzar—por ahora— y yo vería a mi familia en cuestión de horas.
…
El avión estaba inclinándose, hecho que decía que ya estábamos llegando. De pronto el corazón me empezó a latir tan fuerte que pensé que se me saldría del pecho y desee en ese momento el apoyo de Alec, pero por su bien no se lo demostré no quiero que se ilusione y después sufra.
El avión termino de aterrizar y todos los pasajeros bajaron del avión para buscar sus equipajes—menos nosotros que no traíamos equipaje—, camine un poco para pedir un taxi o lo que sea para ir a casa cuando vi que se me acerco alguien, subí la mirada y era mi Jacob.
Sonreí y me lance en sus brazos tibios que me recibieron de la mejor manera haciendo que me sintiera en casa, pero luego me echo para atrás para verme a los ojos, su mirada era aterrada y el color escapo de su rostro.
Eso me hizo sentir mal y sin ninguna palabra dicha por ninguno de los dos me aleje de él y busque a mi familia que por cierto estaban detrás de el mirándome con preocupación.
—Hija—dijo mamá sollozando y si hubiera podido las lágrimas hubieran derramado de sus hermosos ojos—, ¿te hicieron algo malo cariño?
—No mamá
En eso se acercaron a nosotros Alec y Aixa a quienes Jacob miraba con desprecio.
—Maldito—grito Jacob, provocando que la gente volteara a vernos— ¿Qué le hiciste?
—Nada perro—susurro Alec.
—Ah sí, entonces explica sus ojos—dijo Jacob con odio
—Cállate Jacob—le dije acercándome a él—, esto no es culpa de nadie solo mía—y mis lagrimas empezaron a caer.
—Explícate—dijo mi padre yo me acerque a él y le toque el rostro para mostrarle todo lo que pase en Volterra.
Papá vio a Aixa como analizándola mientras yo le mostraba a todos—de ultimo a Jake—lo que paso en Volterra.
—Es un placer conocerte Aixa, soy Edward Cullen—dijo papá
—Igual Para mi Edward—dijo Aixa con tono dulce como siempre.
—Ella es mi Esposa Bella, ellos mis hermanos Emmett, Alice, Jasper, Rosalie y mis padres Carlisle y Esme—dijo papá señalando a cada uno.
—Al fin conozco a tu familia Renesmee—dijo Aixa observándome y yo asentí con lágrimas en los ojos.
Luego de eso me llevaron a casa, un lugar que deseaba con ansias ver de una buena vez. Cuando llegamos me sentía feliz como si hubiera despertado de una pesadilla, ya que lo peor a mi parecer ya había pasado pero tenía el presentimiento de que esto continuaría.
—Ness, ¿podemos hablar? —escuche decir a Jacob que me saco de mis pensamientos.
—Eh, si claro.
El me saco de la casa, cosa que no quería hacer pero tenía que hablar con el por eso lo seguí al bosque. Cuando estuve lo suficientemente lejos para que nadie nos escuchara me detuve para empezar la conversación él se volteo y me miro con dureza.
—Jacob, yo…—no me dejo terminar ya que de un momento a otro me estaba besando.
Este beso fue diferente, intenso y desesperado pero a la vez dulce. Jacob recorrió el contorno de mis labios con la punta de su lengua pendiendo permiso para entrar y yo se lo concedí. El beso se iba intensificando y mis manos se enredaron en su pelo que ya había empezado a crecer de nuevo.
Sus manos calientes encajaban en mi cintura como un rompecabezas que acabábamos de unir. Me estaba quedando sin aire pero no quería romper este beso, no sabía cuánto había extrañado a Jacob hasta este momento.
El tuvo que romper el beso, pero se quedo cerca con su frente apoyada en la mía permitiendo que pudiera saborear su aliento divino.
— ¿Qué me ibas a decir? —dijo jadeando.
—Que lo siento, no debí irme así. No debí discutir contigo, soy la peor de las malcriadas.
—No sabes lo angustiado que estaba, ¿Cómo pudiste ir a encontrarte con esos…?
—Chupasangres—concluí su frase y sonreí—, es que me sentía débil y pensé que así lo solucionaría. Fue un error irme así y ahora mira las consecuencias, mis ojos son horribles.
—Lo sé—dijo muy serio y todavía muy cerca de mi—pero volverán a ser como antes ¿cierto?
—Pues eso creo—respondí con sinceridad—, sabes si no volvemos a la casa estoy segura que papá vendrá por nosotros.
El se rio por lo bajo, y unió sus labios de nuevo con lo míos pero ahora un poco más lentamente y menos desesperado. Me soltó pero se quedo con una de mis manos estaba sonriendo. Ya extrañaba esa sonrisa.
—Sabes cuando todo esto acabe, tendré una pregunta que hacerte, quiero hacer las cosas bien ¿sabes?
— ¿De qué hablas tonto?
Antes de que Jake contestara, vi venir a Aixa que se acercaba a nosotros muy seria. Era segunda vez que la veía sería la primera fue en el Palazzo.
—Renesmee—dijo Aixa acercándose.
— ¿Sí?
—Debemos prepararnos, Alice dice que los Vulturis llegaran mañana al mediodía—el color escapo de mi rostro al igual que de Jacob, ¿acaso esto nunca iba a terminar? ¿Acaso no podría tener paz y felicidad? Después del mediodía de mañana lo averiguaría.
Aaaaaaa¡¡¡¡¡ Jake es tan lindo¡¡¡¡¡¡ eso Vulturis cada vez caen peor¡¡¡¡¡¡ ¿Jake se quiere casar o qué?, aaaa la curiosidad matas¡¡¡¡¡¡¡ sigue así me encanta¡¡¡¡¡¡¡
ResponderEliminaresta genialll ehhh ia kiero saber k pasaaa jejeje
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