sábado, 3 de diciembre de 2011

Capitulo 2.- Jacob, ¿Besar es feo?

Nessie que ya tenía 2 años y aparentaba unos 5, y una mente aun más madura, estaba con Jacob quien la miraba sumamente entretenido. Esa niña era el centro de su existencia y cada cosa que hacia le parecía fascinante.

Ambos se hallaban tirados en el suelo de la habitación, tan rosa, de la pequeña Cullen. Veían en la Tv, sus dibujos animados favoritos, Ness dibujaba con su adorable seño fruncido, mientras se concentraba por completo en su trabajo. Pasado unos minutos, la niña de ojos chocolatados, dejo sus colores a un lado cuando estuvo terminada su creación.

-¡Listo! – exclamo emocionada.

-¿Puedo verlo? – pregunto el chico moreno.

-¡Claro! ¡Lo hice para ti! – explico mientras se sentaba y se lo entregaba entusiasmada.

Jacob tomo la hoja y sonrió ampliamente al ver el dibujo que su pequeña le había hecho. En el, se distinguían una figura alta y morena, con el cabello algo largo y a su lado tomando su mano, una pequeña figurita blanca de cabello rizado. Nessie dibujaba muy bien para su edad, pero aun así el dibujo era realmente tierno.

-Esta hermoso – alabo él a lo que la pequeña sonrió ampliamente y se lanzo a abrazarlo.

-Te quiero, Jake – soltó.

-Yo mas Nessie – respondió mientras se acomodaba para acunarla entre sus brazos.

Nessie tomo el control de la tv, aun envuelta entre los brazos del licántropo y cambio de canal. Dejo de ver dibujos para ver una serie que últimamente era muy famosa en la televisión, pero en el momento exacto que sintonizo ese canal, los protagonistas estaban besándose de una manera insaciable.

-Cambia eso, Ness – dijo Jacob tratando de quitarle el control, el no quería que su niña viera esas cosas aun.

Ella se puso de pie y se acerco a la tv, presa de una gran curiosidad ante ese acto. Miro la escena de cerca y pronto varias dudas llegaron a su mente. Poco a poco, la escena fue subiendo de tono, por lo que Jacob apago la tv. Sin embargo, ya era muy tarde… la pequeña hibrida tenía varias duditas en su mente.

-Lobito… ¿Por qué los adultos se besan?...es asqueroso – dijo la niña haciendo una mueca.

El moreno se carcajeó y pensó en su respuesta – Pues… lo hacen porque se quieren, es una forma de demostrar que se aman…

-Yo te quiero – dijo la pequeña meditando – pero no pienso hacer eso… ¿tengo que besarte para demostrártelo?

-¡No! ¡Claro que no!- se apuro el explicar. No quería que Renesme confundiera las cosas.

-¿Por qué?

-Eres una niña…

- ¡Claro que no! ¡Tengo cinco años! – se quejo apretando los puños.

La pequeña con pijama rosa y cabello de un extraño dorado heredado de su padre, le causo gracia al chico que solo podía reír de sus ocurrencias. La pequeña, siempre se enfadaba cuando alguien le hacia ver que era una niña para entender ciertos temas.

-Eres una niña, y esas cosas son para adultos, Nessie.-susurro con calma Jacob. El siempre buscaba hablarle con calma y dulzura.

Nessie volvió a sumergirse en sus pensamientos.

-Mmm, no quiero ser adulta. Es asqueroso.

Jacob volvió a reírse.

Renesme hizo silencio y lanzo su próxima duda

- ¿Por qué no tienes novia?

Eso lo tomo por sorpresa

– Pues… porque no quiero….

-¿Por qué?

Nessie a todo le busca el ¿por qué? – Suspiro – Pues porque no me gusta ninguna chica.

-¿No te gusta Leah?

-No… no me gusta nadie…

-¿No quieres a nadie?

-Sí, hay alguien que quiero más que a nada en el mundo.

-¿A Quién?-insistió la pequeña

¿Cómo le decía? ¡Renesme estoy imprimado de ti! – pensó el. Aun no era tiempo de explicarle eso, después de todo, el la veía como su hermanita menor

– Bueno…es un secreto.-mascullo el moreno luego de unos largos segundos

-Somos los mejores amigos lobito, cuéntame.-probo otra vez, utilizando sus ojitos y esas largas pestañas. Era una técnica que le había imitado a su tía Alice.

-¿No tienes más preguntas? – intento irse por la tangente.

-Mmm…si.

-Siguiente pregunta.

-Jake…

-¿Si? – dijo dudoso esperando a que lanzara su siguiente bomba.

-¿Besar es feo?

-Mmm… no lo sé

-Tú eres grande, debes saberlo – presiono.

-Pues no lo sé.

Lo miro con sus tiernos ojos entrecerrados.

-¿Hacemos un pacto?

El frunció el seño.

-Cuando yo sea grande, nos besaremos y así sabremos si se siente feo o no.

El solo puedo reír ante aquella propuesta.

-¿Lo prometes? – pregunto la niña.

-Está bien – dijo él con una sonrisa – pero solo cuando seas muy grande.

La pequeña de mejillas sonrojadas sonrió complacida. Luego volvió a sentarse en el suelo para realizar más dibujos de ella y su mejor amigo.

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