sábado, 3 de diciembre de 2011

EL MISTERIOSO CHICO Y LA REALIDAD DE MIRANDA

Tenía una vida aparentemente normal sin ningún problema, bueno lo normal. Siempre fui una niña malcriada, mi madre que siempre se dedicó a mí me cumplía toda clase de caprichos, era simple, toda mi vida estaba resuelta, solo tenía que desear algo y lo tenía. Normalmente mi madre y yo nos mudábamos seguido por su trabajo en bienes raíces, este año nos mudamos a una pequeña ciudad, la verdad nunca me gusto cambiarme de casa, era molesto lidiar con las habladurías de la gente. Honestamente nunca tuve amigos, casi siempre las personas evitaban hacer contacto de cualquier tipo conmigo, simplemente era un repelente para personas, asique mi único consuelo era que las demás personas hicieran lo que yo quería a mi antojo.
-miranda, vamos levántate ya, es tu primer día de escuela.
-hay mama,…no!, para que estudiar si tengo mi vida resuelta, con lo que me dejes de herencia sobreviviré, y muy bien (dije en tono sarcástico, el que siempre usaba)
-¡Miranda Elizabeth Williams! ¡Más vale que te pares de esa cama ya,…ahora mismo señorita! Como puede ser posible que pienses así, hija no sé qué te ocurre.
-la pubertad ma, o quizás la adolescencia no ya se me ha llegado la menopausia (dije con tono burlón).
-miranda
-ok, ya entendí, a la escuela.
Baje al comedor y apenas crucé la puerta mi mama izo aquella señal que odiaba, si tenía que desayunar antes de irme,…en fin, aunque después lo vomitara todo tenía que fingir con ella, no la podía lastimar. Me senté con pesadez y la cocinera me sirvió un plato repleto al tope con frutas, otro con avena y un vaso con leche, no comprendía, ¿acaso era yo el relleno para el pavo? Como pude devore todo lo más rápido subí de nuevo a cepillar mis dientes. Subí al carro y cerré la puerta de golpe. Durante el camino todo estuvo silencioso, a excepción de una vez que los celulares de mí atareada madre estuvieron sonando. Antes de irme mi madre me detuvo, me abrazo fuertemente y me beso la mejilla:
-te amo hija, y lo sabes (pellizcó mi mejilla)
-si ma, ahora déjame bajar alguien te puede ver (me sonroje).
-está bien niña grande, puedes bajar.
Mi madre era afectuosa a pesar de que no pasaba mucho tiempo con migo. En cuanto entre pude escuchar el murmullo de la gente, solo me miraban y se hacían aun lado. Paso por mi mente la idea de hacer algo al respecto, pero ya le había causado bastantes problemas a mi madre por mi mala conducta, asique me seguí de lleno a la dirección. Me senté y espere mi turno, pensaba en un sinfín de cosas que me preocupaban, estaba frustrada y mordí mi labio de nuevo, sacudí mi cabeza para despejarme de aquellos malos pensamientos. Agache mi cabeza para apoyarla n mis rodillas, el cabello se me vino enfrente y me quede así por un instante hasta que alce la vista y pude ver que alguien me miraba. Me volteé y aún seguía mirándome, parecía ser un alumno, me pare y di la vuelta sin prestarle atención a aquel chico. Me dieron mi horario de clases y me dirigí al salón, busque durante 15 minutos el salón pero no pude encontrarlo.
-¡maldición! esta no puede ser peor,…en donde,… (¡No, todo menos,….caer!,…genial)
-cuidado déjame ayudarte (se oyó con voz gentil y me tendía una mano)
-no, estoy bien, no hay cuidado (dije sonrojada, como pude resbalar en tierra firme)
-no te preocupes, oyes desde hace un buen rato me percaté de que etas caminando en círculos ¿buscas algo? (dijo en tono serio y gentil)
-¿yo,…buscar?, Por supuesto que no (¡enserio, demonios caminando en círculos bien miranda!)
-¿estas perdida? verdad, (rio de manera dulce)
-¡claro que no! Se en donde estoy,… (Me moleste)
Me quito mi horario y me tomo de un brazo de manera gentil.
-aquí es tu salón, suerte y no te pierdas, si lo haces solo avísame (se sonrió al momento de partir)
-estúpido,…como osa.
Entre al salón y todos me observaron con desdén, los ignore y me senté al final del salón.
Me dispuse a estudiar todo lo posible e ignorar a mis compañeros de clase, al momento de cambiar de salón un sujeto se acercó a mí, era el típico estereotipo de galán de zorras.
-hola dulzura, ¿Cómo te va? (miro mi trasero con mucho cinismo)
-lo siento, ¿me hablabas?, (dije en tono de molestia)
-veo que eres ruda chica, me gustan difíciles (se acercó a mi atravesando su brazo)
-no te atrevas a tocarme imbécil, no tienes idea de con quién te metes (mi tono ya no era de molestia ya era de enojo)
-está bien muñeca, (se dio la vuelta riendo)
Me di la vuelta furiosa, fue cuando sentí su mano en mi trasero no pude más y tome fuerza y lance mi puño directamente a su cara y lo tire al piso, me lance sobre él y comencé a golpearlo, intento devolver el golpe pero pude esquivarlo, se lanzó contra mi intentando tocarme pero lo empuje con mi pierna, fue entonces que llego el prefecto y nos llevó a la dirección.
Me senté y reí, sabía que no iba a pasar nada, solo tenía que llamar a mama y listo.
-esto es muy incompetente de tu parte Fred, sabes que no debes causar problemas hijo.
-lo sé, pero ella inicio todo ¡expúlsenla! (exclamo enojado)
-expulsarla, sabes que no podemos hacer nada, tiene muchas influencias (dijo en tono preocupado)
Genial, pensé que todo saldría mal, disfrutaba mi victoria mientras escuchaba el resto de la conversación sentada al ras de la puerta, mordí mi labio disfrutando el dulce sabor de la victoria.
-veo que disfrutas escuchando conversaciones ajenas (sonrió y me tendió su brazo para ayudarme a parar).
-que te importa, es cosa mía no te debería de importar.
-y si me importara ¿qué? (pregunto de manera teórica y pensativa).
-pues no debería, o ¿Qué acaso me estas siguiendo? (dije de manera burlona)
-ummm,... no, no lo creo, más bien creo que te das demasiada importancia a ti misma, si claro estoy siguiendo a quien no sabe en dónde está su salón, camina en círculos a y además se cae (se rio o más bien se burló de mi)
-si no me estas siguiendo entonces deja de aparecerte en donde estoy yo (¡que insoportable es!)
-que yo sepa soy libre de ir a donde me plazca mientras no viole reglas o propiedad ajena (dijo mientras que me rodeaba)
Me aleje de él y fui hacia la ventanilla y pude ver que mama venia saliendo del carro, mi sonrisa de alegría se borró al ver su cara de enojo, me mordí l labio de manera desesperada y me senté en una silla. No cabía duda, me esperaba algo fuerte llegando a casa, mama me había advertido que no quería más problemas de ese tipo ya se me había hecho costumbre desde la secundaria.
-director estoy muy apenada, lamento mucho esto (me volteo a ver un momento y después mi ignoro)
-está muy claro que su hija es algo agresiva lo cual es peligroso para los alumnos,….
-no soy agresiva (no pude evitar murmurar eso)
-te encuentras bien,...solo espero,…
-¡me quieres dejar en paz! (grite sin importarme la demás gente)
-solo quería,..
-¡vete, déjame!
-está bien.
Pasaron dos horas para que mama saliera de ahí, el director seguía hablando con mi madre y junto con ellos su estúpido hijo Fredy.
-entonces señora Williams su hija solo quedara suspendida por hoy, mañana vendrá a clases normales, ¿de acuerdo?
-por supuesto que si director, le prometo que esto no volverá a suceder (dijo apenada)
Mi mama se siguió de lleno sin siquiera esperarme, yo intente seguirle el paso y a lo lejos vi que Fredy disfrutaba mi partida pero no le tome importancia.
-mama te juro que no fue mi culpa no fui yo quien empezó todo, yo solo,…. (Sentí su mano sobre mi mejilla, fuertemente, ardía).
-prometiste no volver a causar problemas Elizabeth, ¡¿Qué pasa contigo?! ¿Acaso no puedes darme un solo día de tranquilidad? (salieron lágrimas de sus ojos,).
Aun teniendo ganas de decir todo lo que paso, todo el dolor que sentía me abstuve, también yo tenía ganas de llorar pero ya no me salía, jure por mí que nunca más lloraría enfrente de alguien.
Llegue a mi cuarto y me tire en la cama puse el estéreo a todo volumen y me perdí en los solos de Kansas. Me quede dormida y al despertar me di cuenta que era hora de ir a la escuela, me levante y fui directo a bañarme, me sentía fatal, decidí no prestar atención a los mareos y continúe duchándome. Al salir me sentía peor y me senté para reponerme, sacudí mi cabeza para despejarme, me cambie y Salí de mi cuarto mi mama aún no había salido así que decidí dejarle una nota de que me iría caminando. Me encamine a la escuela, estaba todo muy oscuro. Me encantaba la idea de irme sola prendí mi iPod y puse la mejor canción slipknot, me sumergí en la canción cuando sentí un tirón en el brazo:
-hey, hey, Elizabeth espera un momento (no lo podía creer, era el)
-miranda (repuse al instante)
-bueno miranda, perdóname si te molesto lo de ayer,…mira solo me quería disculpar,… (saco de su mochila lo que parecía un regalo, me lo dio)
-¿Qué esto?, mira no tengo idea de que sea pero esto no es necesario (me intimido dando un paso adelante mío)
-si lo es, por alguna razón estas molesta y me quiero disculpar (sonó apenado)
-mira si estaba enojada, pero no contigo, no tienes que disculparte,…
-aun así consérvalo es tuyo,…créeme
Se fue caminando rápido y yo me quede parada en el estacionamiento, decidí que sería mejor no abrir el paquete, y lo guarde en mi mochila. Me seguí hasta el salón y pude ver a Fredy entrar muy victorioso a su salón, estúpido pensé, abrí mi libreta y comencé a anotar todo.
Tocaron la campana y ya era la última hora, el día se me había ido rápido, entre al salón y todos me miraban y comentaban, suponía que era lo de ayer, así que decidí que no era importante.
Me disponía a estudiar un poco cuando el imbécil me arrebato mi libro:
-¡devuélvemelo Fredy!
-huy parece que amaneciste de mal humor cariño (se rio a carcajadas con sus amigos)
-es algo que no es de tu incumbencia
-creo que la bofetada de ayer no te sirvió verdad
-ni lo intentes idiota
-ah, ah, ah….sabes que mami te prohibió meterte en problemas
-ya déjala Fred (entro al salón y todos se callaron)
-¡no te metas Demiand!
-¡no necesito tu ayuda, ahora tu devuelve me mi libro! (exclame de forma calmada esta vez)
-yo creo que no lindura, ¿qué te parece si jugamos un poco eh? (más que pregunta lo dijo en forma afirmativa)
-vamos, dámelo ya (mi molestia era cada vez más grande)
-¡Fred cálmate ya! (avanzo dos pasos)
- ¡eh dicho que no necesito tu ayuda! (lo empuje)
-veamos que más tiene la señorita en su mochila,…umm,… ¡aja,…! Valla, valla parece que ya te has conseguido un admirador ¿Que opinan chicos? tengo competencia,… (Rio mientras sostenía el regalo que me había dado aquel sujeto en la mañana)
-¡hey suelta eso es mío devuelve me mis cosas! (me sonrojo el hecho de que vieran eso)
-veamos quien es tu admirador,… ¡¿eeeh?! Esplendido Demiand Miclockvick (cuando dijo esto último todos voltearon a vernos)
-como ha dicho ella es asunto que no te incumbe, ¿o si Fred? (se aproximó a él y lo tomo de la playera)
- no, creo que ya no me importa más (dijo en tono serio y templado)
-creo que el espectáculo termino, calmémonos ya que puede venir el profesor en cualquier momento (dije mientras intentaba separarlos)
-sí, creo que será mejor olvidar todo esto (dijo mientras salíamos por la puerta)
Me llevo casi a rastras al patio trasero de la escuela, me opuse un poco pero finalmente llegamos a lo que parecía ser un cuarto de servicio.
-¿Qué es este lugar? (pregunte extrañada)
-un cuarto de servicio, ¿acaso no lo parece? (pregunto sarcástico)
-si es muy obvio, pero no entiendo que hacemos aquí.
-aah eso, si mira, quizás no es el mejor lugar para hacer lo que voy a hacer y me disculpo por no haberlo hecho antes,…
-¿Cómo? ¿no entiendo a qué te refieres? (estaba más confundida)
Se acercó a mí y me miró fijamente me rodeo y dijo con voz fuerte y clara:
-me llamo Demiand, Demiand Miclockvick.
-oooh,…aah menos mal que era eso,…
-¿perdón?
-no, nada
-¿entonces?
-entonces que (esta conversación se volvía extraña)
-su nombre señorita (dijo burlón)
-aah si, perdón, Miranda Elizabeth Williams.
-ya lo sabía, creo que ahora podemos volver al salón antes de que hagan malas especulaciones.
-¡¿qué?! Y si ya lo sabía por qué diablos pregunto mi nombre (¿qué? Yo hablando con formalismos)
-porque creí que era lo más correcto (dijo mientras caminábamos de regreso a la civilización)
Estábamos a punto de llegar a la escuela y se detuvo y miro el cielo un instante rio para sí mismo y me regreso a ver, volvió a reír y siguió caminando:
-¿Qué es tan gracioso?
-nada, recuerdos personales
Cuando entramos a la escuela volví a sentirme mal, de nuevo los mareos y las náuseas, me detuve y me deje caer en el piso, lo vi entrar y se aproximó a mí:
-¿te encuentras bien? Podemos ir a la enfermería si así lo deseas.
-no, no, estoy bien solo fue un ligero mareo, es muy común en mí no te preocupes.
-de todos modos creo que deberías irte ya a tu casa.
-no, no puedo, mi madre viene por mí y faltan dos horas para la salida, no puedo interrumpirla está en su trabajo.
-de eso no hay problema yo te llevo (dijo de una manera tan amable y dulce que no se le podía resistir)
-¡estás loco! Apenas y te conozco, como sé que no eres un psicópata o un asesino, un violador o un acosador, me niego (trate de verme firme y seria)
-jajaja, sigues con lo de que te acoso ¿verdad?
-no, solo es simple precaución (dije con la voz quebrada, me empezaba a doler mi cabeza)
-vez, estas muy mal te llevare a tu casa, (alzo mi mochila)
-¡eh dicho que no!, ya te dije que no necesito tu ayuda (dije casi murmurando, pues no podía ni hablar)
-valla que tu si eres necia (me alzo con la otra mano y me cargo hacia el estacionamiento)
-¡bájame!, enserio, en cuanto pueda te daré una buena paliza.
-jajaja, sí que eres graciosa, anda vamos dime tu dirección.
-ya te dije puedes ser un loco peligroso (a pesar de mi malestar conservaba muy bien mi sentido sarcástico)
-está bien, veamos, aquí está como lo supuse (dijo triunfante)
- ¡¿Qué crees que haces?! Esas son mis cosas, no tienes derecho de tocarlas
-lo sé y me disculpo, pero me eh visto en la penosa necesidad de tomar tu agenda prestada ya que no accediste a darme tu dirección por las buenas (dejo la agenda y comenzó a manejar)
-esto no es correcto sabes.
-¿Qué no es correcto?
-pasear en el auto de un completo desconocido en el estado en el que me encuentro, lo puedo acusar de abusivo por traerme a la fuerza.
-hazlo, no es de mucha importancia, ¿a quién crees tú que le darán la razón? a alguien como yo que por supuesto no tiene expedientes malos o a ti que hasta te han tenido que encerrar en rehabilitación.
-¡eso no es asunto tuyo!
Estuvo callado todo el camino, y cuando llegamos abrió la puerta de su carro para ayudarme a bajar, no acepte su ayuda, saque las llaves de mi bolsa para abrir. No quería ser tan grosera con él, pero se metió en terreno prohibido.
-bueno,..
-mira, no quise ser tan grosera, pero eso no lo puedes decir así, no es algo que allá sido bonito.
-me disculpo, fue muy atrevido de mi parte.
-ya deja de disculparte con migo que no soy cura, ni sacerdote o lo que sea que pienses.
-deberás eres muy rara (dijo riéndose)
-claro yo soy rara, cuando tú eres el que me lleva a un cuarto de servicio para presentarse (esperaba una respuesta para eso)
-a claro, yo tengo un muy buen motivo para eso (dijo mientras caminábamos hacia la puerta de mi casa)
-así, y ¿cuál es ese motivo?
-eso es muy privado
-ummm, bueno aquí es mi casa, espero no haber viajado en el carro de un asesino (dije burlona)
-a,…sí (se puso algo tenso)
-oye relájate, o que ¿acaso lo eres?
-no, solo,… Olvídalo no comprenderías esto (pensó durante un momento)
-bueno, como quieras
-cuídate, hasta mañana
-si está bien.
Entre a mi casa y deje caer mi mochila con desgana, la joven que atendía mis caprichos y antojos se acercó y pregunto:
-¿Cómo le ha ido en su día hoy señorita?
-mal mires, y tú ¿qué tal tu primer día en nuestra nueva casa?
-normal, como siempre (sonrió gentilmente mientras iba a la cocina)
Me volvieron las náuseas y no podía caminar, me acosté en el piso frio y me quede ahí pensando en todo lo que había pasado hoy, me resultaba extraño, pero la compañía de Demiand era agradable, y al parecer yo le resultaba agradable ¿era acaso posible? ¿alguien podía siquiera tolerarme? ¿Cómo lo hacía él?, me hundían mis pensamientos, era todo tan confuso, sin darme cuenta el reloj marcaba las 2:15 la hora en que mi mama llegaba por mí, diablos que explicación le daría, me pare entumecida y Miriam la joven que me servía desde hace mucho tiempo se acercó a mí con el teléfono en mano:
-es su mama, quiere hablar con usted señorita.
-¿le dijiste que estaba aquí?
-claro que no señorita, ella directamente me ha pedido hablar con usted.
-no lo entiendo, pásala a la línea de me habitación por favor.
-como ordene señorita
-¿mama? (pregunte algo dudosa y un tanto nerviosa)
-miranda, ¿en qué te has metido?
-cálmate, simplemente me sentí mal y,…. (No le podía decir que me vino a dejar un tipo que apenas y conozco)
-y que, ¿qué paso?, dímelo, ¿te sentiste mal?, ¿todavía te sientes mal?, hija respóndeme.
-hey calma, son demasiadas preguntas, me sentí mal y me vine a la casa es todo, y ya se me paso, ya sabes lo de siempre los mareos.
-está bien señorita, tenemos que hablar en cuanto llegue.
-si ma.
-no tardo, a las 6:30 ya estoy en casa, cuídate, ya le deje dicho a Miriam que te suba tu comida, y no se ira hasta que la acabes toda, advertida.
-si mama, (genial)
Después de colgar el teléfono, me tire en la cama y pensé en cómo sería mi vida si no fuera yo, después me enderece y me metía a la ducha estuve dos horas metida hasta que Miriam subió con mi tortura.
-señorita…
-ya se, ya se, ni me lo recuerdes (saque mi lengua y después ella hiso un puchero)
-no me culpe, ordenes son ordenes (dijo ella tratando de contentarme)
-está bien tienes razón, donde manda capitán no gobierna marinero (acerque el plato con sopa)
Ella se sentó en una sillita que estaba en mi cuarto yo me dispuse a obedecer las órdenes de mi sobreprotectora madre, saque una libreta y mi libro de cálculo y comencé a contestarlo. Ya habían pasado cuarenta minutos desde había terminado de comer, sentía hecho un desastre mi estómago, pero me distrajo por un momento la tarea. Una vez que termine baje y estuve un rato con Miriam, me preocupaba que mama no llegara, ella no era impuntual, me volvía a fijar en el reloj y marcaba las 6:45, eso era imposible, la Elizabeth (mi mama) que yo conocía no se permitía llegar ni un solo minuto tarde, me frustre y comencé a morder mi labio inferior, mire a Miriam de nuevo y movió su cabeza negando.
-Miriam…
-señorita tan solo ha transcurrido un minuto desde la última vez que le llame a su mama, y no contesta (su voz sonaba muy tranquila a pesar de que ya le había presionado mucho)
-lo sé, pero,… (Su voz interrumpió mi conversación con Miriam)
-ya ha llegado, lo ve, le dije que tal vez tenía un trato importante (dijo vacilando pero muy segura)
-quizás y lo que sea pero tu Elizabeth Williams has llegado tarde (dije con tono malévolo)
-no te apures que aquí la presente tiene razón, eh tenido un contratiempo por el trabajo, un importante empresario está interesado en comprar residencias para sus hijos.
-eso está muy bien señora (dijo Miriam mientras se retiraba a la cocina)
-sí, y lo mejor de todo es que tendremos oportunidad de enlazar contactos, dentro de una semana dará una fiesta con motivo al cumpleaños diecisiete de su hija menor, y estamos invitadas.
-pero y eso ¿en que nos beneficia?
-pues nos presentara más personas interesadas en comprar residencias dentro y fuera del país (dijo emocionada mientras toma asiento)
Continuo platicándome de todo su enredo con el famosísimo empresario, ya me estaba aburriendo hasta que me acorde de “la cosa importante” que me quería decir.
-mama, antes de que continúes con tu genial historia dime que era lo que me ibas a decir (solo así se callaría pff)
-ah sí claro, mira este señor me ha hecho una propuesta muy importante,…
-madre no te conocía ese lado (me reí fuertemente)
-miranda déjate de bromas es enserio
-está bien señora
-como te decía la propuesta consiste en que yo sea su ejecutiva en ventas, le ayudare a vender unos terrenos que tiene, también están por terminar de construir unos departamentos, vamos a discutir cuanto de las ganancias me corresponde, tu ¿Qué opinas?
-pues está muy bien, suena tentadora la propuesta (le giñe el ojo)
-bueno, para tu suerte si hacemos el trato nos quedaremos dos años aquí.
por ahora nada me importaba, solo queria estar mejor.

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