jueves, 8 de diciembre de 2011

Capitulo 2

El beso de Miriam había despertado en Antón viejos recuerdos y borrado todos esos años de soledad...no sabía nada más ni quería nada aparte de pasar el resto de la eternidad con ella.

Afuera los invitados esperaban para celebrar su cumpleaños...se oía a lo lejos ruido de voces, copas y risas

Qué mas podía desear un hombre que lo tenia todo ahora?

El mayordomo entro al salón y espero en la puerta sabiendo que en algún momento su amo voltearía a verlo y así fue...qué quieres? pregunto éste sin soltar la mano blanca de Miriam

Los invitados señor...lo esperan-dijo inclinándose levemente y saliendo de nuevo
Miriam miro a Antón, sonrió y lo jalo fuera del lugar -vamos!!!- su risa era tan hermosa, casi la había olvidado; corrió tras ella recordando el ultimo día en que la había visto...aquél día en el pantano cuando se alejo corriendo y lo abandono; ahora era diferente, ahora se quedaría a su lado.

Salieron a la luz de la luna y los invitados gritaron felicitándolo al verlo, nadie parecía reparar en ella.

Lo jalo hacia la multitud tomando una de las copas de cristal llena de rojo vino mesclado con sangre

La noche era hermosa, llena de estrellas a pesar de lo brillante que era la luna, la casa era enorme, pero no tanto como los terrenos que la rodeaban, la vieja finca era tan hermosa como siglos atrás y el pantano mantenía los campos fértiles...era una vista realmente increíble, casi irreal.

Miriam reía y jugueteaba con él como si se hubiesen visto ayer...nada mas podía pedir aquél que ahora lo tenía todo

La fiesta siguió su curso entre felicitaciones y regalos, desde vinos finos hasta un caballo, sus amigos no dejaban de llenarlo con caros presentes cada año...se había vuelto una especie de competencia, pero no lo engañaban...sabía muy bien quienes eran y qué querían: sus tierras

Las palabras de su padre resonaban en su cabeza "Un hombre no es nada si no posee tierra...la tierra lo es todo!!!"...
Lo era?

Recibió cada presente en compañía de Miriam, ella reía, lo besaba y abrasaba como hacia antes de irse...ahora tenía todo...o casi todo.

La noche avanzaba...

Los invitados se divertían, reían y disfrutaban de aquello que tanto codiciaban; dejarlos hacerlo era la única venganza que él tomaba contra la hipocresía que le rodeaba

Se aparto d la fiesta con Miriam y caminaron detrás de la casa, donde años atrás había hermosos rosales de los cuales solo quedaban ramas secas.

Eran hermosas, qué les paso?-pregunto ella con una dulce expresión de tristeza
Te fuiste- fue lo único que le dio Antón como explicación

Las manos de Miriam tocaban las ramas secas, eran tan hermosas y blancas, casi como las rosas que le regaló en cada cumpleaños, tomo una de esas gráciles manos entre las suyas...

Cásate conmigo Miriam, se mi esposa...-el eco de ese último "no me dejes" entre ellos resonó en su voz

Los brillantes y claros ojos de Miriam eran como el agua quieta de un lago

Sonrió...se abraso al cuello de Antón y dijo con voz tan baja que solo él pudo oírla: Si...me casare contigo, nunca más nos separaremos mi amor…

Regresaron a la fiesta abrasados, todo estaba listo para el brindis en su honor y se sentaron en la mesa que había sido dispuesta para ello, mientras los invitados se reunían y tomaban sus lugares.

Hipócritas, pensaba Antón al verlos tan felices por su cumpleaños...pero no era importante, ahora lo tenía todo realmente, se casaría con Miriam en un par de noches (no quería esperar mas)… nada los separaría ahora

Los invitados habían venido desde distintos lugares, muchos del clan al que se había unido al convertirse en vampiro y otros de la zona. Entre ellos algunos humanos...los descendientes de su único hermano (estaba prohibido tocarlos).

De entre la multitud se escucho el tintineo de una copa, el momento del brindis había llegado...quien lo haría este año sería el descendiente humano de su hermano. Se acerco con la copa haciendo el mismo ruido para que los presentes guardan silencio y miro a Antón levantándola

"quiero hacer un brindis en honor a Antón Moreau, quien por tantos años a velado por nosotros, sus amigos y...su familia; permitiéndonos gozar de su bondad para con nosotros...siempre al pendiente de nosotros, cuidándonos (como una sombra) y dándonos a mis hijos y a mí un lugar donde vivir...por todo esto y más brindo...porque no es suficiente!!!!...muérete ya maldito!!!"

En ese momento de distintos lugares de la casa y el patio salieron humanos con ballestas disparando sus raudas flecha hacia él

Los invitados corrieron, varios de ellos caían muertos y otros se tropezaban con los cadáveres...el único que no se movía era Antón...estaba quieto, tanto que podría haber sido confundido con una estatua de mármol

La sangre se regaba rápido sobre el blanco mantel...y no era la suya.

Su cuerpo tenso comenzó a temblar y desde el fondo de su alma un salió grito desgarrador con la fuerza que solo el dolor de ver a su amada Miriam muerta le podía dar

La furia se apodero de él y enloquecido se fue contra todos los humanos que aun disparaban las mortales flechas, arranco cabezas una tras otra...no se detendría por nada ni por nadie...busco a al descendiente de su hermano, el único que de todo ese tumulto le interesaba...sintió una herida en su pecho y vio frente a él a su presa...otra herida...otro paso...otra flecha...ahora estaban frente a frente.

Tomo con su mano derecha la ballesta y la hiso trisas como si fuera hueca...sujeto al aterrado humano y con sus propias manos le arranco las entrañas.

No bebió su sangre, solo se quedó parado con un corazón en la mano viendo el cuerpo sin vida del asesino. Saco las flechas y con ellas mato al resto de los invitados con un frenesí incontrolable...todo quedó en silencio en poco tiempo.

Entro a la casa...unos minutos más tarde todo el lugar ardía en llamas para ser consumido hasta los cimientos...

Antón Moreau salió hacia los pantanos donde su vida como humano había terminado una vez, y con el cuerpo de su amada en brazos y su nombre en los labios espero el sol que los reuniera de nuevo del otro lado.

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