sábado, 3 de diciembre de 2011

De una simple atracción a un gran amor...Nikol-Lion'Lamb

"Siempre hay un poco de locura en el amor.

Pero siempre hay también un poco de razón en la locura"

Friedrich Nietzsche

EPOV

Estaba sentado en una de las salas de reuniones de la revista de Black, a decir verdad ese tipo nunca me agrado. Pero ahora me tocaría soportarlo casi a diario, ya que Carlisle, mi padre, se retiraba y dejaba a mi cargo la agencia de modelos. Ni modo que la dejara a cargo de Emmett.

Estaba contando cuantas aves pasaban por las ventanas, que interesante-nótese el sarcasmo-, hasta que lleguen los demás, y me llegó un mensaje de Ness, mi esposa, a mi celular, diciéndome que posiblemente salga con unas amigas.

Ness, me casé con ella solo porque mi padre quería ampliar su agencia. Pero no me quejo, en realidad no la amo, solo la quiero como mi mejor amiga-lo cual es-, nada más, pero a su lado vivo bien.

Mientras pensaba en mi vida, fueron llegando uno tras otro el resto de los empresarios. Llegó Jacob y pensé que por fin empezaría la tal reunión, pero me dijo que teníamos que esperar unos minutos a que llegue su esposa.

Por fin llegó…

Era la mujer más hermosa que jamás hubiera visto. Su cabello largo de un hermoso color café, caía en cascadas hasta su cintura, pero cuando mire sus hermosos ojos color chocolate, me enamoré, sonara tonto, pero me enamoré de a primera vista de esos bellos ojos que eran tan puros. Necesitaba saber el nombre de aquel ángel. Cuando me miro le guiñe un ojo y un leve color rosa cubrió sus mejillas.

-Buenas tardes, caballeros- su voz…era música para mis oídos.

Se acercó a Jacob y le susurro algo. ¡Cómo desearía leer mentes!

-Mira, Bella, te quiero presentar a Edward Cullen, desde hoy él reemplazara a Carlisle, ya que él decidió retirarse- dijo Jacob. Bella me miró y se sonrojo, se veía hermosa así. Bella…el nombre perfecto para mi ángel de ojos chocolate.

-Un gusto- dijo extendiendo su mano hacia mí, la tomé y besé sus nudillos.

-El gusto es mío- y claro que lo era…al decir eso la miré intensamente a los ojos y así fluyo entre nuestros cuerpos una extraña corriente eléctrica.

Durante la más aburrida reunión de mi vida yo solo pasaba mirándola y al encontrarme con sus orbes chocolate le sonreía y para mi suerte, ella correspondía a mis miradas y sonrisas, eso me hacía muy feliz.

Cuando se excuso para ir al baño, yo hice lo mismo y fui corriendo tras ella.

Antes de que entrara en el baño de mujeres, la empuje dentro y eche el pestillo. Ella se giro a mirar quién era.

-¿Qué rayos haces, Cullen?- dijo ella con nerviosismo en su bella voz al notar que era yo.

Sonreí y le guiñe un ojo

-Conocerte- le contesté acorralándola en los lavamanos del baño, le diría la verdad-. Me gustas mucho, Bella.

-¿A…a q-que te refieres?- si antes estaba nerviosa ahora estaba peor, mucho peor. Y ni digamos yo, me moría de nervios de que me rechazara, eso sería un puñal a mi corazón sin contar a mi ego. Sabía que los dos éramos casados, pero realmente me gustaba. No me contuve y le di un casto beso en los labios.

-Te veo…en el centro comercial- dije sonriendo de lado. Volví a besar tiernamente sus labios y me fui. Esos labios…serian mi perdición.

Al salir de ahí tenía la sonrisa más grande del mundo en mi cara. Solo esperaba que ella aceptara. A penas esos dos besos bastaron para que para que mi corazón reviviera y me diera cuenta de que no solo era una atracción.

Eso lo comprobaría hoy, aunque seguro ya estaba, debía ver si ella pensaba igual que yo…, pero si llegara a faltar…, ese pensamiento me dolió mucho. Esperaba con mucha ansias que llegara la tarde para ver a mi bello ángel.

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