domingo, 10 de abril de 2011

Capitulo 23



La Hermosa de la Pintura.


—No, no me arrepentiré de esto—dije saliendo de la habitación y dirigiéndome a donde me esperaban.

Estaba caminando por ese pasillo hermoso—pero que me causaba calosfrió
—preguntándome a mi misma: ¿Por qué Alec cambio de idea en el último momento?

No me detendría a preguntar, ya que buscaría la manera de convencerme
—y lo lograría—, y no quería echarme para atrás.

Llegue a las puertas dobles y las abrí para entrar, lo siguiente que observe fueron un gran grupo de personas para ser más clara humanas, sus cuerpos amontonados sin vida en la parte más alejada del lugar.

Aterrada, aparte la mirada de esas personas que tenían familias, futuro y ellos se las habían arrebatado. Mire a Aro que en ese preciso momento acababa con la última mujer viva de esta habitación.

Se dio cuenta que llegue, y dejo caer el cuerpo a sus pies, sonriéndome con humor macabro y un hilo de sangre saliendo de su boca.

—Querida Renesmee—saludo en tono formal.

Yo tenía los ojos tan abiertos por el asombro—y no podía negarlo, también tenía miedo—que eso le causo gracia y se doblo de la risa.

—Lo siento, me acabas de ver en mi verdadera naturaleza—se limpio la comisura de la boca.

—Eh, claro—sacudí mi cabeza con brusquedad para organizar mis ideas— ¿para qué me necesitas?

—Vamos a comprobar la teoría—respondió con una sonrisa.

— ¿Quién hará el “trabajo” conmigo?—dije haciendo comillas con los dedos con la palabra trabajo.

—Pues por supuesto que yo querida—cuando lo vi pronunciar esas palabras sentí un sentimiento de desconfianza muy fuerte, no dejaría que Aro me tocara.

—No, quiero a otra persona—dije decidida. Me sentía muy enojada solo podía pensar en él como un maldito acecino.

Vi que a Aro se le descompuso el rostro por un momento pero lo controlo, aunque en sus ojos se veía una especie de resentimiento, tal vez se debía a mí o a mi familia.

Sentí que alguien venia caminando, voltee a ver quién era. Era Alec que se acerco a mí con una mirada de disculpa y me tomo la mano dándome con un leve apretón amistoso.

Lo mire por unos momentos, y luego aparte la mirada.

— ¿Por qué Renesmee? ¿Por qué con otra persona y no con el más controlado de nosotros?

—Porque yo quiero otra persona—dije con los dientes apretados y voz desafiante.

Alec me miro asombrado, sabía que él no se esperaba un cambio así de mi parte ero me sentía frustrada, y además no dejaría que esa cosa—Aro—me tocara.

—Está bien—dijo con voz amarga—será otra persona.

Nos miramos el uno al otro durante unos minutos interminables, y no sería yo la que perdiera el juego de las miradas asesinas. A la final el aparto su mirada y miro a Jane—no la había notado desde que llegue al Palazzo—quien se acerco a él.

—Jane trae a la nueva integrante de nuestra familia—Jane sonrió y se alejo desapareciendo por la puerta.

Alec me apretó la mano de nuevo, yo lo mire y él se veía sorprendido. Aproveche el tacto con su mano para enviarle una pregunta: ¿Quién es la nueva?

Lo mire por el rabillo del ojo y lo vi encogerse de hombros disimuladamente. Me imagine que “la nueva” abría llegado en la ausencia de Alec.

No tuvimos que esperar mucho tiempo ya que ambas vampiras llegaron a la velocidad de la luz.

“La nueva” se detuvo a mi lado mirando a Aro, note una chispa de resentimiento en sus ojos color de la sangre.

La detalle mejor ya que sentía como si la hubiera visto antes,  cabello rubio casi platinado, hermosa de facciones dinas y sus ojos rojos. De repente vino a mi cabeza un recuerdo que me parecía lejano por todo lo que he vivido en tan poco tiempo.

Un ático hermoso, lleno de arte, música y amigos, un lienzo con una vampiresa pintada era tan hermosa que no dude en preguntar.

— ¿quién dibujo esto? — pregunte sorprendida.

—yo, ¿es hermosa verdad? — dijo Christian feliz de que admirara su trabajo.

—por supuesto, demasiado hermosa.

Lo recordé, ella era la vampira que había dibujado Christian, esa vampira que ninguno en mi casa conocía y después de este corto tiempo olvide.

Seguía parada junto a mí con esa mirada que me hacía pensar que no estaba aquí por simple gusto.

—Amo—saludo con una voz linda.

—Aixa, ella es Renesmee Cullen—le ofrecí mi mano libren ya que Alec sostenía la otra, ella la tomo de buena gana—, la semi vampira.

—Es un placer Renesmee—dijo Aixa con una encantadora sonrisa.

—Igual para mí—respondí.

—Renesmee, ella es la que comprobara la teoría contigo—dijo Aro, sentí de nuevo un leve apretón por parte de Alec.

—Está bien—accedí.

Me sentía nerviosa—y enojada—pero por alguna razón confiaba en esta chica. En ese momento nos volteamos pera quedar frente a frente, ella tenía una mirada preocupada.

—Renesmee—dijo en tono dulce—No te preocupes, ya sé lo que tengo que hacer y puede que al principio sea un poco doloroso pero  no te hare daño
—sonrió.

Yo asentí y solté la mano de Alec que seguía junto a mí. La vi acercarse a mí lentamente y cerré mis ojos, de pronto sentí su aliento en mí yugular y susurro:

—Sera rápido—sentí sus dientes clavarse en la superficie de mi piel, al principio fue muy doloroso pero a medida que iba tomando un poco de mi sangre sentí que perdía el conocimiento.

Se separo de mí, yo me sentía mareada. Busque la mano de Alec y el la sujeto y por eso le envié: Sujétame creo que me voy a caer.
Alec me tomo por los hombros para sostenerme, y luego Aixa hablo:

—Renesmee—tomo mi cara para que la mirara—te toca, muérdeme a mí.
Se veía desesperada, no entendía porque pero le tome la palabra y me acerque a su cuello. Me sentía débil pero se todas maneras la mordí, tome como si fuera sangre pero esto—la ponzoña—era un poco amargo.

Tome lo que me pareció suficiente, y en eso me separe de Aixa y de pronto rodo el escenario cambio.

Todo era más lento, absolutamente todo. Vi venir hacia mí—en cámara lenta—a Demetri y Felix, en eso mire a Aixa quien me tomo en brazos como a un bebé y a Alec que se paraba frente a mí de manera protectora lo tomo del codo, moviéndonos en una velocidad muy rápida para cómo se desarrollaba la escena.

Aixa nos llevo a ambos fuera del Palazzo y todo seguía en esa extraña cámara lenta, menos nosotros tres. Mire confundida a Aixa quien me miraba con ternura.

—Esta es mi habilidad, querida—dijo Aixa.
Alec y yo intercambiamos miradas confundidas, y por eso le pregunte:

— ¿En qué consiste?

—Puedo controlar el tiempo a mi antojo, más lento o más rápido. Es bueno cuando se trata de peleas o de huir en casos como este. Y hablando de huir tenemos que irnos de aquí esto no dura para siempre.

—Espera, mi teléfono. —exclame.

—Yo lo tengo—dijo Alec y me sonrió, acto seguido se puso serio.

Corrimos hasta el aeropuerto, tome mi teléfono y llame a papá.

—Renesmee, gracias a Dios que te comunicas… ¿Dónde estás?

—Papá, hagan lo que hagan no vengan a Volterra ya yo voy para allá.

— ¿Pero qué ocurre? —Pregunto desesperado.

—Cuando llegue prometo explicarles todo, ah sí y lo siento por irme así.

—Cuando llegues estarás en problemas—oí decir en el fondo al tío Emmett, 
me reí de su comentario ya que sabía que era cierto.

—Los quiero—y tranque la llamada.

Todo volvió a la normalidad—me refiero al tiempo—, Alec estaba 
comprando los boletos de avión y Aixa estaba junto a mí. La mire, tenía muchas preguntas que hacerle pero ella se me adelanto diciendo algo que me altero.

—Renesmee, algunas cosas cambiaron pero no dudo que con tu dieta normal vuelvan a ser las mismas.

Fruncí el seño, no sabía de qué estaba hablando.

— ¿De qué…?

—Sígueme—dijo tomándome de la mano.

Me llevo a un baño, donde habían dos chicas que al vernos se fueron.

—Mírate al espejo—dijo Aixa seria.

Hice lo que me pidió, y quede sorprendida al ver mis ojos. Eran rojos como la sangre.

— ¿Qué… que es esto? —dije, una lagrima de desbordo de mis ojos sangrientos.

—Otro efecto secundario, que Aro no te explico para su beneficio.

— ¿Otro? —dije entre sollozos.

—Sí, otro. El primero es que la persona que te “ayudo” o sea yo me hice mas fuerte al igual que tu, pero esto se pasara al igual como cuando tomas la sangre animal y te vuelve a dar sed.

—Entiendo, pero odio verme así parezco una asesina.

—Se pasara Renesmee—me sonrío para darme ánimos.

Yo asentí, y salimos del baño. Lo único que podía pensar era en mi familia. ¿Qué pensarían de mi al verme asi? Que era una traidora asesina.
En eso se acerco Alec y me vio llorando pero no dijo nada mas que:

—El vuelo sale en unas horas, espero que no nos estén buscando porque nos podrían encontrar.

Estaba viviendo mi pesadilla personal.

2 comentarios:

  1. esat fabuloso este cap... genial me kede sin hablaa y espero y pronto publiques el siguiente cudiate y nos vmeos en mi blog. jejej o en el tuyo jeje nos vmeos y publica pronto xiss jeje bye

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  2. guooooooooooooooo!!!! que monaa lees ayudooo, menos mal porqe sino.... ahhahaah chauuu bss

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